https://robertocurihallal.com/

Es siempre difícil hablar de uno mismo, nacido hace 70 años, en una casa de inmigrantes libaneses en el sur del Brasil próximo a la Argentina y el Uruguay, crecí en el interior, acostumbrado a ver gente mi casa muy frecuentada, había placer en allí estar, por la gentileza y la recepción. Entre el compromiso social de mi padre con el comercio y los paisanos libaneses y mi madre en su trabajo social en la Iglesia Católica, desde siempre descubrí el prójimo con sus riquezas y vulnerabilidades, la honestidad como punta para abrigar en la otra la paz de espíritu. Nunca me gustó la escuela formal, en ella se imponían cosas nada interesantes, que nada tenían a ver con mi realidad. Dedicado a la música italiana y brasilera en la juventud, con éxito, pude abrir las puertas de la sociabilidad aunque eso me costaría la certeza de algunos de que nada iría hacer de útil en el futuro. Sordo a sus presagios, contrariandoles, ingrese en la facultad de Medicina, que intentó sin resultado, apartarme de mis orígenes, de mis convicciones y darme una nueva nomenclatura que me validaría un título mucho más serio que el de cantante. Después el psicoanálisis en Buenos Aires y la descubierta de que la pasión y el amor podrían transformarse en un proyecto de familia y con Tania tuvimos 4 hijos Roberto, Leonardo, Eduardo y Gustavo y 42 años de convivencia.
No conforme con las injusticias, desde niño lucho contra ellas, encontré en los libros los compañeros para la soledad y en los amigos la fraterna compañía.
Hoy me dedico a lo social, a leer y escribir, al trabajo social de campo, a ocuparme de pequeñas cosas, pequeños amores, esperanzas, tengo orgullo de ser un soñador y sumar todo eso para hacer posible proyectos considerados imposibles por quienes no los intentan. Lucho para con la inclusión participativa, ayudándonos como humanos a ser protagonistas de la misma especie.
Intento hacer de la vida el arte de lo posible.

https://www.linkedin.com/in/roberto-curi-hallal-90452331/

Obra Completa : https://robertocurihallal.com/obra-completa/

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Partió otro grande para la Salud del Adolescente Iberoamericana: Roberto Curi Hallal, médico psicoanalista y asesor en ALAPE. Muchas gracias por todas tus ensañanzas, quedarán siempre en nuestro recuerdo. El Capitulo de Adolescencia de la Sociedad Peruana de Pediatría lamenta mucho tu partida.

Isabel del Carmen Gómez  Bonett. Perú  

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Siempre recordaré las largas charlas inteligentes que teníamos, cuando nos encontrábamos o por mail donde intercambiamos puntos de vista que muchas veces coincidían y otras no. Pero  la amistad y el respeto siempre estuvo por encima de todo. Abrazo Eterno Amigo y Maestro.   

Graciela Varín . Uruguay

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En los tratados de Medicina de la Adolescencia de la SEMA Sociedad  Española Medicina de la Adolescencia de 2012 y 2020, Roberto Curí Hallal se ocupó del tema “El adolescente marginado/ inadaptado. Algún sentido para la vida de los excluidos”. Permitan que me refiera a ese trabajo concreto porque resume su sentir y pensar perfectamente, alertando sobre la discriminación y el sufrimiento, ocupándose de la mente en situaciones adversas y ofreciendo soluciones.  Tuve el honor de compartir muchas sesiones con Roberto Curí Hallal, y siempre sorprendía y fascinaba al auditorio con sus pensamientos que navegaban por mares que no conocíamos. Era un excelente Psico-Analista, era un PENSADOR, y un filósofo del alma. Siempre estará con nosotros.

German Castellano Barca. España

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Querida familia del Dr. Roberto Curi:

Desde la Directiva del Comité de Adolescencia de ALAPE nos hacemos eco del sentir de los y las delegados/as de los países integrantes y de asesores y  les enviamos un abrazo fraterno en este triste momento.

El Dr. Curi vivirá siempre en la historia de nuestro Comité y serán inolvidables sus aportes, su sabiduría y su calidez humana.

Por la Directiva: a. Felicita Alonso

Presidente

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Conocí a Roberto en el Primer Congreso Paraguayo de Adolescencia en agosto de 1997, y desde entonces construimos un vínculo inquebrantable de afectos y convicciones que se reafirmaban cada vez que teníamos la oportunidad de vernos en nuestros encuentros que se daban en múltiples reuniones científicas de la “adolescentología latinoamericana”.

Sin duda, la parte más nutritiva y deliciosa eran estos espacios de humanidad. Era un deleite el estar escuchando, admirando, soñando y aprendiendo en las tertulias intensas que se daban tras bastidores en varios países con compas como: Enrique Dulanto, Diego Salazar Rojas, Gustavo Girard, Cándido Roldán, Diego Pólit,Paulo Cesar Pinho, Dina Krauskopf, Mónica Borile, Paz Robledo, Guiseppe Raiola, Panchita Cruz, Susy Guijarro ..entre muchos otros/as.

Para mí, que me considero un escuchador atento, eran ricos estos momentos de reflexión, de debate y las visiones sobre numerosos temas, algunos premonitorios y de avanzada… sobre “el amor y el odio”, “la teoría de los cuidados”, “quién cuida a los cuidadores”, “usar y ser usados” “humanización y despatologización de la atención” “embarazo, amor y proyecto de vida” “identidades no lineares y nuevas masculinidades” “El respeto al silencio, la soledad y la socialización”…en fin muchos motivos para pensar, cuestionar, confrontar y converger.

Aparecen también en mis recuerdos de sus varias estancias en Ecuador, donde pudimos ir a jugar fútbol con su hijo Gustavo, luego ir al estadio a hinchar por la Liga de Quito y soñar que juegue algún día con su Botafogo, subir al Cayambe, caminar en Cuenca así como también la semana compartida en Roma donde me sirvió de guía luego de nuestro retorno de Catanzaro, su gusto indescriptible por la “porchetta” cercana a la fontana de Trevi, un tinto y un buen café, su amor por el canto y el buen chiste….

La pandemia nos alejo físicamente, pero seguíamos manteniendo una comunicación intensa. Su muerte me cayo de sorpresa más aún cuando seguía enviando sus escritos inacabables y permanentes, comparto el último que me envío el 15 de noviembre del 2022:

“Tantos, tantos momentos, tantas alegrías, también tantas tristezas, casi tomo por medido la historia de los “tantos” que asistieron los tantos incómodos, las tantas paciencias, los tantos remordimientos, las tantas elocuencias, las tantas disidencias, tantas coincidencias, tantas casualidades, tantos azares, tantas felicidades. Tantas rupturas, tantas conquistas, tantos amores distribuidos y guardados, tantos celos avergonzados, tantos cumpleaños que esos tantos años me permitieron asistir. Tanto placer en haber sido presentados a la vida, y porque tantos me permitieron ser quien yo soy.”

No sé si esto era un hasta pronto. Te despido y agradezco querido amigo, compañero de ideas y convicciones has partido a otro espacio, tiempo y dimensión, donde estoy seguro de que estarás bien. Seguirás soñando y cuidándonos a todos. ¡¡Te recordaremos siempre!! 

Jorge A.Naranjo Pinto . Quito- Ecuador 

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Querido amigo: llegan a mi memoria largas charlas sobre actividades compartidas , debates sobre el perfil del profesional que atiende las necesidades de los adolescentes  y la despatologización , las ricas reflexiones  sobre tus escritos y  sobre tu inmenso  trabajo comunitario,  miles de anécdotas de hijos y de tu compañera Tania     ... Como olvidar tu : "tanto trabajo da "tener suerte"!!!  Sabes esta canción ?? 

Quiero recordarte  realizando esta  página junto a queridos colegas  y con dos de tus Conferencias, parte de tu fertil siembra en esta vida .

Seguiremos  convencidos en la construcción colectiva , pensando como decías en el Nosotros ... Nos harás falta !Q.E.P.D

Mónica Elba Borile. Patagonia Argentina. 

Por muy lentamente que os parezca que pasan las horas,

os parecerán cortas si pensáis que nunca más han de volver a pasar.

Aldous Huxley

Fraternalmente invadían mis cajones, desnudando mis posibilidades de elección en cuanto a medias y calzoncillos. También desaparecían mágicamente mis hojas de afeitar, y yo sabía que eran ellos, porque alguna que otra herida denunciaba la inhabilidad de quien las usa hace poco tiempo. Sus pijamas se quedaron cortos y ellos duplicaron sus porciones de comida al mismo ritmo que yo disminuía las mías, pero en sus conversaciones aún no trascendía el colesterol o el ácido úrico.

El teléfono ya no me pertenecía con tanta exclusividad, y lo peor es que me inyectaban la vida sin preguntarme si estaba preparado para ese exceso de oxígeno.Ellos no saben de mis piernas cansadas cuando me invitan a jugar al fútbol. No me imaginan más su héroe. Usan y abusan del «sí» y se decepcionan fácilmente con el «no». Son permanentemente pasión y prejuicio, amor y concepto, violentos y secos, duros como pocos.

Casi nunca piensan en mí, en mis necesidades y deseos, mientras lucho contra esa culpa atávica y constante que ni el psicoanálisis resuelve: deudor de una cuenta «paga al día», desconcertado, me cobro por mi paternalismo y me equivoco cuando tengo que ser ley. Por eso desconocen mi temor a decir «No».

Mis hijos no me piensan defensor de la adolescencia: por haberla tenido fui ingenuo, transparente y demasiado sincero para una estructura social organizada en el entorno de la comodidad, en el «No es conmigo ni con los míos», o «Enfermos son los hijos de los otros».

Para sentirlos hombre o mujer tengo que, por lo menos, restaurar en mí la pasión, la solidaridad y la capacidad de asombro: precio caro y sincero para convivir con algo que constituye su esencia.

Pero creo en la historia vivida y en el amor como condiciones que predisponen al entendimiento, y animo a aquellos que como hijos no tuvieron un modelo aceptable para que permitan por lo menos a los suyos una construcción propia, con las diferencias que cada generación tiene con respecto a la anterior.

Como pueden ser

Con frecuencia los hijos se nos parecen y eso nos satisface, pero después solo nos enseñan las diferencias. Más allá del enfrentamiento hombre-mujer, libre-libertino, padre-madre, ellos se imponen como sujetos. No como los esperábamos, sino como pueden ser.

No dosifican sus satisfacciones, pero aprovechan en cinco años lo que necesité distribuir en 45. Ellos son transparentes donde me oculto, incautos denunciantes de lo que pienso y no digo.

Quiero decirles, de corazón abierto, que sigo aprendiendo. Creo con Aldous Huxley que la experiencia no es aquello que nos sucedió, sino lo que haremos con eso. La vida pasa de prisa y la memoria es como una sombra que nos acompaña todo el tiempo, pero solo la percibimos cuando nos falta.

Familia: ideales articulados y reales enseñados. ¡Cuántas en una sola! La que evita la muerte y la del recién nacido; la que vive como cuerpo diplomático y la del cuerpo de bomberos —una administrando las discordias, la otra apagando el fuego de las pasiones—; unas con planes y expectativas, otras con historias silenciadas.

Dos familias me constituyen, sobrepuestas en el tiempo presente: en una fui hijo, y en la otra soy padre. ¿De cuál esperan relatos y revelaciones?

El final puede ser distinto, pero el guión es el mismo: Cuando está presente el adolescente, él sabe ser el mayordomo. Duerme tarde, despierta tarde, no estudia, no obedece, no dice «Sí», se niega a aceptar lo que le es impuesto…

Y nosotros, los honestos responsables por el gobierno de la familia, les ofrecemos una escuela rica y útil disciplinándolos a la obediencia civil. Gratos, felices y fieles, cuidamos de nuestros viejos, renegamos de nuestra historia personal y les exigimos lo que no cumplimos.

Es necesario mostrarles lo humano que somos: incompletos e insatisfechos como tales, pero capaces de aceptar la humildad de los límites contándoles nuestras dudas. Que nos sepan solidarios en la dura lucha para vivir, cada uno en la suya y ambos en la misma.

Familias antropológicas, sociales, psicoanalíticas, teatrales, románticas, perversas, modelos, ejemplares y sagradas. Es un menú de varias opciones. Que cada cual elija… ¿Estaremos todos preparados para escuchar y entender? Ese es nuestro desafío más grande: recibirlas en toda su dimensión.

Roberto Curi Hallal

Conferência Inaugural do III Congresso Brasileiro de Adolescência em Porto Alegre, Rio Grande do Sul, Brasil, setembro de 1989.

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