Editorial Marzo 2010. ALAPE: Somos más efectivos juntos que separados. Dr.Hernando A. Villamizar Gómez

Hace poco tuve la oportunidad de iniciar la lectura de dos publicaciones que inmediatamente me llamaron la atención por sus títulos, que no pueden ser más descriptivos. Una de ellas, un libro llamado "Los Estados DesUnidos de América Latina", de Andrés Oppenheimer, periodista de origen argentino, hombre de derechas, columnista del Miami Herald, y la otra, "El continente olvidado", La Lucha por el alma de América Latina, un ensayo del periodista británico, Michel Reid, quien es editor de la sección Américas del prestigioso The Economist.

Sin querer, ni pretender, hacer un análisis profundo de sus contenidos, es claro para todos que sus impactantes nombres, lamentablemente reflejan bastante bien nuestra realidad.

América Latina no es un continente tan pobre como África, y aunque no ha descollado como la China o algunos países asiáticos, es un continente vasto que alberga a 500 millones de habitantes, tiene inmensos terrenos de tierra cultivable, y el 8.5% de las reservas de petróleo del mundo. Sin embargo, a pesar de esto, siempre ha sido subestimado por las potencias occidentales.

Michael Reid, el autor, argumenta en este libro que nuestras condiciones hacen de América Latina el laboratorio ideal y más vigoroso para llevar a cabo reformas que conduzcan a la construcción de sociedades más prósperas y justas en el marco de proyectos políticos que afiancen la democracia capitalista.
 

Frente a esta visión optimista, contrasta la realidad política, económica y social que hace que parezcamos una región de Estados "todos contra todos", Los Estados des-Unidos de AL, que en esta contradicción no logran más que frenar su crecimiento económico y condenar a la pobreza a comunidades ingentes.

Por muy absurdo que sea, hoy, para citar un ejemplo, un país se ve obligado por decisión omnipotente de su presidente a comprar mercancías básicas a miles de kilómetros, mientras su vecino, con excedentes de las mismas materias, tiene que buscar otros clientes. Entretanto, los dirigentes de las naciones latinoamericanas se llenan la boca de palabras de grandilocuencia y falsa fraternidad, llegando incluso a impulsar iniciativas aquí y allá, que no son más que una excusa para ocultar los fracasos propios, o una forma maliciosa e interesada de tratar de perpetuarse en el poder o extender su influencia.

Ojala en ALAPE, que reúne las Sociedades Científicas de Pediatría de 22 países, cuyos miembros somos una buena parte de los privilegiados que hemos alcanzado los niveles más altos de instrucción posible en nuestra región, se mire en este espejo. No podemos imitar los malos ejemplos. Tenemos la obligación de superar lo que Oppenheimer llama "la ceguera periférica" de los países latinoamericanos. Debemos seguir ejemplos exitosos de globalización y unión, que le den continuidad a políticas organizacionales y garanticen nuestro éxito como asociación médica.

Para esto, tenemos que pasar de la retórica a la práctica, y ser conscientes que para cambiar la realidad y para hacernos sentir y valer, definitivamente Somos más efectivos juntos que separados!.

Hernando A. Villamizar Gómez, MD
Presidente
Asociación Latinoamericana de Pediatría-ALAPE